La recuperación de la economía quedó congelada a finales de octubre, cuando los rebrotes obligaron a reintroducir restricciones a la movilidad y la actividad económica. Desde entonces, España ha entrado en una fase de estancamiento, o incluso leve recaída, que se observa en los datos de afiliación. En ese mes de octubre, se alcanzó el pico de empleo desde el estallido de la pandemia, con más de 18,3 afiliados trabajando (descontando aquellos que están en ERTE). En enero, por el contrario, había 18,1 millones, esto es, se han perdido algo más de 200.000 empleos como consecuencia de la segunda y la tercera ola del virus.
La destrucción de empleo en estas semanas ha sido generalizada por comunidades autónomas, solo dos han conseguido aumentar la ocupación, Andalucía y Madrid. Es esta segunda la que ha conseguido una recuperación de empleo más sólida en estas semanas tan complicadas, lo que ha evitado un fuerte descenso del empleo a nivel nacional. En concreto, Madrid aumentó su empleo en 21.049 personas entre octubre y enero, mientras que en Andalucía se incrementó en 6.301 personas. [En todo el artículo, no aparecen los datos de diciembre porque la Seguridad Social todavía no ha publicado los datos actualizados de ese mes].
Si en vez de incorporar a 21.000 trabajadores, Madrid hubiese experimentado una destrucción de empleo similar a la de otras CCAA (un -1%), habría destruido casi 52.000 empleos. Esta cifra es muy relevante, ya que las comparativas interanuales que ha realizado el Gobierno para defender que la recuperación sigue en marcha, sería imposible. Sin la aportación de Madrid, la destrucción de empleo en enero, en tasa interanual, sería del 5,8%, esto es, una décima peor que la caída registrada en octubre. No habría, por tanto, relato posible que sostuviese la idea de que la recuperación sigue en marcha.
Madrid fue una de las comunidades más afectadas por la primera ola del virus, tanto a nivel sanitario como económico. La capital tiene una elevada dependencia del turismo y las actividades del sector servicios, lo que explica que en las primeras semanas de la pandemia el golpe sobre el turismo superara el 20%. Dentro del territorio peninsular, solo Cataluña y Valencia registraron datos peores. El verano fue muy negativo para la región y la recuperación tardó en asentarse, pero desde el otoño ha conseguido mantener intacta la recuperación, mejorando mes a mes los registros de su mercado laboral. Ninguna otra comunidad lo ha conseguido. En su caso, la política de restricciones laxas ha permitido minimizar la crisis económica, aunque a costa de permanecer como una de las regiones con mayor incidencia del virus.
La estrategia de Madrid se aprecia también en los datos de la campaña de compras navideñas. La comunidad logró superar ampliamente las ventas de la temporada navideña de 2020 y fue la que más creció, con un avance del 3,4% (datos deflactados). Sin embargo, la mayor diferencia se aprecia en los datos de noviembre, previos a la relajación de las medidas antes de navidad. En esas semanas, las ventas de Madrid crecían a ritmos del 1,2%, siendo la única comunidad en positivo, junto con Galicia y evitando una recaída que sí ocurrió en el resto del país.
La España de la agricultura
En esta crisis de los servicios y los transportes, la España rural de la agricultura será la que antes salga de la crisis. En España, la franja que atraviesa la Meseta Sur registra los mejores datos del mercado laboral. En Murcia, por ejemplo, el empleo efectivo de enero se quedó solo un 1,6% por debajo de los niveles previos a la crisis. Pero no es la única, Extremadura y Castilla-La Mancha están también a solo un 2% de recuperar el empleo que tenían hace un año. También la franja norte de Andalucía ha mejorado sus datos en las últimas semanas y explican que sea la única comunidad, junto a Madrid, que ha creado empleo desde octubre.
La clave está en la baja dependencia de los servicios que requieren un elevado contacto social, esto es, turismo, transportes y comercio. Estas regiones tienen una elevada dependencia de la agricultura, que es el sector que mejor está atravesando la pandemia tras el sanitario, como es evidente. Sin embargo, que estas comunidades salgan antes del bache de la pandemia no significa que salgan más fuertes. Nada apunta a que la agricultura vaya a remontar en los próximos años, al contrario, el mundo rural mantendrá su tendencia de envejecimiento y vaciamiento previa a la pandemia.
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